En defensa de Pep

Nunca ha caído simpático. Que si se dopaba, que si es antipático, que si es gay, que si mea colonia... Todo esto se ha dicho de Pep Guardiola, actual entrenador del FC Barcelona. Generalmente, detrás de estas descalificaciones se esconde un profundo sentimiento de recelo y odio hacia el, en primer lugar, sensacional jugador; y, en segundo lugar, excepcional entrenador culé. Es el técnico que está liderando el mejor Barça de la historia. Y se merece que desde aquí se le defienda, ya que se han producido innumerables ataques indiscriminados hacia su persona.

Como muestra, un botón: la campaña mediática encabezada por la prensa deportiva, especialmente desde la caverna. Pep dice las cosas clara; por eso, no se mordió la lengua cuando ante los ojos de todos Clos Gómez falseó el acta del Almería-FC Barcelona de la temporada pasada. Y bien que quedó demostrado ante las cámaras de televisión que en nada se parecía lo que decía el acta con lo que realmente ocurrió entre el árbitro y Guardiola. Lo entiendo perfectamente: 100 partidos con victoria y un juego inigualable, con titulares, suplentes o canteranos, como anoche, deben escocer y mucho.

Ha tenido que escuchar que es un filósofo (por supuesto, de manera despectiva), que debe ir al psiquiatra, que es casi extranjero, que vetó el fichaje de Özil, que está perdiendo los papeles por el incidente de Solbakken... Sin que el club haya tomado parte en muchas de estas acusaciones infundadas. Y cuando digo actuar, no me refiero a sacar un comunicado para condenar estos hechos, sino a llegar a las últimas consecuencias para defenderlo, aunque sea ante los tribunales.

Lo último que se piensa de él es que tiene miedo a Mourinho. Como culé me atrevo a asegurar que nadie, absolutamente nadie, tiene miedo del técnico de nuestro máximo rival. Respeto no lo niego, pero miedo a nadie. El FC Barcelona es hoy por hoy, mal que le pese a muchos, el vigente campeón de Liga y como tal no debe temer a nada ni a nadie. Estoy completamente convencida de que quien quiera ganar este campeonato a nuestros jugadores sudará sangre. Y, por supuesto, no soy de la opinión de que el entrenador del FC Barcelona tenga que contestar, día sí, día también a todos los dardos que se le lanzan desde la capital. Admiro profundamente su saber estar y su sapiencia para aislar al equipo de todas estas cuestiones y estoy segurísima de que nuestros jugadores sabrán contestar en el campo cuando llegue el momento. Algunos, como Villa, ya lo están haciendo cada domingo.

Por lo demás, no puedo más que alabar la labor que Josep Guardiola i Sala está realizando al frente del FC Barcelona. Gracias a él, jugadores como Nolito, Thiago Alcántara, Sergi Roberto o Marc Bartra, presentes en el encuentro de anoche (5-1) ante el Ceuta, saben que les llegarán oportunidades en el primer equipo. La confianza de Pep es tal en ellos como para dar ficha del primer equipo a Thiago en lugar de apostar por jugadores extranjeros que puedan taparle el sitio (ello no es óbice para que se refuerce el equipo si hay alguna oportunidad de mercado).

Por todo ello, culés, no dejemos que se linche públicamente a nuestro entrenador. Nuestro actual presidente, invisible, lo está dejando solo ante la opinión pública. Debe sentir, más que nunca, nuestro apoyo incondicional en cada momento. Las noches de alegría que nos está dando son su mejor aval, además de su profesionalidad y, sobre todo, su profundo sentimiento barcelonista.

(No hay audios de Tiempo de Juego del partido del Barça. Sin embargo, los del equipo que viste de blanco sí que están colgados. Qué casualidad.)