REPÓKER DE CAMPEÓN

REPÓKER DE CAMPEÓN
CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

lunes, 30 de abril de 2012

La peor semana de la era Guardiola



He de pedir disculpas por no haber escrito desde hace una semana. He de pedir disculpas por lo que me costó asumir la derrota del pasado martes en la Liga de Campeones ante el Chelsea. Estuvimos dentro durante dos minutos. Hicimos lo más complicado: levantar el resultado ante un equipo que no vino a jugar, sino a encerrarse y dejar pasar el tiempo desde el calentamiento. Y lo dejamos escapar. Era el segundo disgusto consecutivo en casa. Sin embargo, la reacción del público el pasado martes deja bien claro que este equipo, este Barça de Josep Guardiola i Sala, ha cambiado la mentalidad del aficionado culé, ojalá que para siempre.
Pocos sospechábamos que el jarrazo de agua fría frente a los ingleses no iba a ser el último de una semana para olvidar. Desde mi punto de vista, la peor semana como culé desde el año del pasillo. En efecto, a quedarnos sin Liga y Champions, los dos grandes títulos de la temporada, se unió el golpe más duro: que nuestro entrenador, nuestro santo y seña, comunicara que, finalmente, los que quedan son sus últimos partidos al frente de nuestro Barça, de su Barça. Una decisión que todos debemos respetar, porque el genio de Santpedor se ha ganado de sobras su derecho a decidir cuándo poner punto y seguido a esta etapa. Sí, punto y seguido, ya que estoy segura de que, cuando su Barça lo necesite, volverá a acudir a la llamada, porque es uno de los nuestros.
Yo siempre había confiado en que se quedaría al menos un año más. En mi optimismo exacerbado, hice caso omiso a los "indicios" de que se acababa su brillante etapa dirigiendo al Barça. Para mí, que el club hubiera renunciado a la gira veraniega, que los jugadores hubieran pegado ese arreón final por la Liga desde el descalabro de Pamplona y, sobre todo, que se finalizara la campaña sin levantar ninguno de los dos títulos importantes eran signos inequívocos de que Pep renovaría. No quise ver la cruda realidad: si hubiera querido quedarse, ya habría firmado; y, sobre todo, las decisiones sobre el futuro del club estaban siendo ejecutadas básicamente porque ya estaba decidido su reemplazo: Tito Vilanova.
He de decir que me pareció absolutamente brutal el dominio desde el punto de vista de la comunicación desplegado por el F.C. Barcelona el pasado viernes. No sólo porque el mejor entrenador de nuestra historia obtuvo el merecido reconocimiento de todos los estamentos del club (jugadores, directivos...), sino por el golpe de efecto que supuso el nombramiento del nuevo técnico. Desde la tarde anterior (por lo que yo pude "pulsar" a través de las redes sociales), el desánimo cundió entre los aficionados que ya íbamos asumiendo la marcha de Pep. Era como si con su partida se acabara el Barça. En unas horas, cinco o seis candidatos se postulaban para sucederlo. Para evitar más especulaciones, acabar con la incertidumbre y demostrar, a la vez, una gran madurez deportiva (la solución, una vez más, la buscaremos en casa), Sandro Rosell anunció el nombre del elegido. Todos aquellos que habían afirmado que Guardiola se marchaba por la enfermedad de su alter ego quedaron con el "culé" al aire.
¿Y ahora qué? Pues orgullo y amor propio. Eso es lo que ha demostrado el Barça de Pep en Vallecas. Sin jugarse prácticamente nada, salvo premios individuales, como el zamora (yo sabía que Valdés ya no jugaba más y, además de preparar a Pinto para la final de Copa, se lo aseguraría), o el pichichi (Messi empató al frente de la clasificación, con sus 43 goles), los jugadores entendieron que el mejor homenaje que pueden hacerle a quien les ha llevado al triunfo en estos cuatro años es jugar al fútbol. Ni más ni menos que seguir haciendo realidad todas esas jugadas que la mente maravillosa de Pep ha imaginado en cada pizarra, en cada entrenamiento, en cada partido. Su alumno más aventajado, Leo Messi, le rindió pleitesía con dos goles y cuatro asistencias. Es decir, participó en seis de los siete tantos directa o indirectamente. El argentino no conoce otro modo de agradecerle a su entrenador la crucial influencia en su carrera deportiva, en la que va camino de su cuarto Balón de Oro. La Cibeles, pues, se duerme sola esta noche.

domingo, 22 de abril de 2012

Somos… Y seremos

Tan importante como saber ganar, en la vida hay que saber perder. Cuando uno ha alcanzado la cima tantas veces, cuando ha probado las mieles del éxito, cuesta asimilar una derrota. Y más si se produce ante el eterno rival, en tu Estadio, ante tu afición, entregada como en las grandes ocasiones (impresionantes el mosaico y el himno "a capella" de los prolegómenos). Casi cien mil personas creían que el milagro era posible. Este equipo, el Barça de Guardiola, nos ha malacostumbrado durante estas cuatro temporadas. Una tras otra, ha superado retos que parecían imposibles. Ayer no pudo ser.

Sin embargo, lejos de buscar excusas, el discurso, uno por uno, de los integrantes del plantel y del propio técnico fue absolutamente deportivo. Todos dieron la cara, todos asumieron sus propios errores, ninguno se escudó en arbitrajes (y eso que el primer gol fue, cuando menos, dudoso), campañas orquestadas, menor descanso por el calendario... Lo único que lamentaron fue no seguir dando alegrías a esa afición que supo reconocer su esfuerzo y agradecer todo lo logrado hasta el momento animando hasta el final, estando con sus jugadores cuando sus fuerzas flaqueaban.

Efectivamente, la Liga se perdió ayer. No matemáticamente, pero sí virtualmente. Para mí, el encuentro tuvo varias claves. En primer lugar, en los once escogidos: para mí, Guardiola se equivocó esta vez. Supongo que él más que nadie sabe cómo están sus futbolistas, pero, desde mi punto de vista, no te puedes jugar el partido crucial de la Liga con los dos fichajes estrella en el banquillo y darle la responsabilidad a dos chavales del filial como Thiago y Tello. Se me ocurren dos posibles razones: o el de Santpedor intuía que, aun poniéndose a un punto, la Liga sería imposible y apostó por reservar a Cesc y Alexis para el martes; o ambos están físicamente muertos (en el caso del canterano, es más que evidente que su rendimiento no pasa por su mejor momento).

En segundo lugar, el planteamiento, para mí, fue equivocado. Me sorprendió muy gratamente la alineación de Mourinho porque me esperaba un rival mucho más conservador. A priori, me frotaba las manos pensando en que, si los jugadores culés hacían su juego, no sólo ganarían el partido sino que podrían haber goleado otra vez a los blancos. Sin embargo, en ningún momento se aprovechó la superioridad de medios en el centro del campo: se abusó de la conducción en lugar de asegurar el pase, las imprecisiones fueron constantes en controles y pases fáciles, cada jugador hacía la guerra por su cuenta... Más que ayudarse, Busquets, Thiago, Xavi e Iniesta se estorbaban. A pesar de salir con defensa de tres y dos extremos (Tello y Alves), en contadas ocasiones se buscó el espacio o el desborde ante jugadores que, desde mi punto de vista, eran bastante inferiores en velocidad (Arbeloa y Coentrao). La defensa blanca vivió tranquila anulando las conexiones con Messi, al que tapaban cuatro jugadores (Pepe-Ramos-Khedira y Alonso).

En tercer lugar, se reaccionó tarde con los cambios. El partido pedía a gritos otra referencia que acabara con las facilidades del frontón de dos líneas ordenadas que tenía nuestro rival. No fue casualidad: Alexis saltó al campo y la casi el primer balón que tocó lo enchufó. La explicación es sencilla: su presencia creó dudas, fijó a los centrales, que ya no sabían si taparlo a él o a Leo, y el argentino pudo zafarse de su vigilancia. Lástima que la corriente favorable del gol durara sólo dos minutos: los que tardó CR en aprovechar los huecos de la defensa de tres. Un gol que supuso un auténtico mazazo para el Barça, que ya sí que no dio pie con bola hasta el final.

Desde mi punto de vista, el partido se perdió por errores propios más que por mérito del rival. Eso sí: ellos son justos campeones de Liga. Y lo son porque, no nos engañemos, la competición no se perdió ayer: se empezó a perder en otros campos, como Getafe o Pamplona, donde el equipo no estuvo a la altura de otros años. No es una crítica hacia los jugadores, a los que no se les puede reprochar nada: con tres títulos en el zurrón y en la final de Copa, tiene ante sí el reto de alcanzar también la de la Champions el próximo martes. Ha peleado en todos los frentes hasta el final, mermado por golpes importantes, como la enfermedad de Vilanova o las lesiones de Afellay (una vez adaptado al equipo, el holandés habría tenido un papel importante a la hora de rotar a los titulares por su polivalencia), de Villa (cómo se han echado en falta los veinte golitos que asegura el asturiano cada año) y Abidal (ayer especialmente se hubiera prodigado en ataque y habría generado superioridad en la banda izquierda), a las que hay que añadir los continuos problemas físicos de Alexis y Pedro (otro que aseguraba quince o veinte dianas por año).

Sin embargo, independientemente de lo que ocurra el martes, este no es el final de este equipo. La grandeza del deporte reside en saber levantarse cuando uno se cae. A pesar de la derrota, SOMOS el mejor equipo del mundo. Y lo SEREMOS mientras sigamos manteniendo nuestra identidad. Esa que, aun en los peores momentos, es irrenunciable.

jueves, 19 de abril de 2012

Estrellados contra un muro

No es la primera vez que el Barça juega en Stamford Bridge. No es la primera vez que no se trae un buen resultado. En el año 2005, el equipo de Frank Rijkaard cayó injustamente ante el Chelsea de Mou, después de ir perdiendo 3-0 y remontarle el resultado, "gracias" a una clara falta de Terry a la salida de un córner sobre Valdés. Sí, ese partido NADIE lo ha recordado esta semana. Han preferido sacar, por enésima vez, el de Ovrebo. Un árbitro que continúa recibiendo amenazas porque muchos medios, encabezados por la Central Lechera española, lo pusieron en el epicentro del terremoto que provocó el triplete culé.

A pesar de que se pasó en el año 2009, tampoco fue un excelente resultado el 1-1, sobre todo teniendo en cuenta que el Iniestazo llegó en el minuto 93 y fue el primer tiro a puerta del Barça aquella mágica noche. La diferencia con respecto al partido de ayer fue que se crearon multitud de ocasiones que no se materializaron. Cesc, Alexis, Pedro, Busquets, Iniesta, Adriano... Hasta 25 veces probaron tirar sobre el arco de Cech, encontrándose siempre con la acertada intervención del checo, con el poste o con la grada. Una mala puntería que nos deja con el sinsabor de la derrota, con la clara desventaja del 1-0 (ellos sí que supieron aprovechar bien la única contra que generaron) y con la incertidumbre del partido de vuelta, que se jugará con el cuchillo entre los dientes de no encajar goles que compliquen aún más el objetivo, que no es otro que llegar a Munich.

No me gustan los ambientes de euforia previa a las grandes citas. Decía en la primera vuelta que estaba convencida de que el Barça vencería en el Bernabéu porque, para todo el mundo, era el momento justo para dar la vuelta a la tortilla. Pues lo mismo me ha ocurrido esta semana: tenía malas sensaciones sobre la ida de la Champions por todo ese ambiente previo al choque. Que si el Iniestazo, que si el mal momento de los "blues", que si un equipo envejecido... Había el convencimiento en el entorno de que se ganaría con la gorra. De ahí el varapalo que supone la derrota, que ha dejado algo tocados a los jugadores culés.

Es ahora cuando están más cerca de ganar: cuando son conscientes de que pueden perder. Precisamente que la vuelta sea en casa la principal baza que debe explotar el conjunto de Pep. Jugar las dos "finales" que tiene el equipo en seis días con el apoyo del público debe equilibrar, por una parte, ese 1-0 y, por otra, los cuatro puntos que nos saca el líder. Mucho me temo, además, que el partido de ayer sólo fue un ensayo general para lo que espera a los jugadores culés en sus dos próximas citas: si el Chelsea, ante su público, no tuvo reparos en colocar a diez jugadores en su área, a Mou, fuera del Bernabéu, no le va a temblar el pulso para hacer lo propio...

Por su parte, Guardiola, en un claro intento de descargar presión sobre sus jugadores, no dudó en afirmar que, pase lo que pase el próximo sábado o el martes, su equipo ya ha ganado. Evidentemente, se puede quedar sin títulos en siete días, pero también es cierto que los habrán luchado hasta el final, con la apuesta futbolística en la que cree esta casa. Y eso, en los tiempos que corren, en los que se premia más el resultado inmediato (el ganar por encima de todo), es un valor incuestionable.

1-0: Drogba: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-drogba--chelsea-1--barcelona-0-134659

domingo, 15 de abril de 2012

Encomendados a D10S

El Barça salvó el sábado un match-ball, una salida muy complicada, de las más difíciles que quedaban en el calendario culé: la del equipo revelación, el Levante de JIM. Un conjunto, el levantino, que puso las cosas muy complicadas a los chicos de Pep y demostró que no se encuentra arriba por casualidad. No en vano, ha sido el único capaz de derrotar al líder a domicilio hasta ahora. Y, además, se trata de un equipo experimentado, con oficio, que sabe administrar las ocasiones de las que dispone y que ayer, para más inri, se puso por delante en el marcador. Las estadísticas decían, por si fuera poco, que nadie le había remontado un marcador a favor cuando llegaba con ventaja al descanso. Hasta ayer.

Salió el Barça con muy buena actitud, dispuesto a tratar de imponer su juego y acumular ocasiones para solventar el compromiso cuanto antes mejor. Sin embargo, no supo aprovechar las oportunidades que creó ante Munúa: ni Pedro ni Thiago ni Messi acertaron de cara al gol. Por el contrario, en el primer córner que sacó el Levante, Sergio Busquets se cubrió con las manos y Teixeira Vitienes pitó penalty. La imagen es clara: el centrocampista le da con ambas manos. Habría que valorar la intención, pero, en cualquier caso, la pena máxima la transformó Barkero, que engañó a Valdés. Un escenario conocido (la semana pasadas se empezó perdiendo en La Romareda), pero no por ello menos complicado.

Tras el descanso, Pep introdujo un cambio que a la postre sería providencial: quitó a Xavi (los medios se estorbaban demasiado a la hora de distribuir el juego), tiró a Alexis a la banda, colocó a Cesc de falso nueve y a Messi por detrás, e introdujo a Cuenca. Voy a admitir que me habría gustado más ver a Tello, que Isaac no me termina de convencer. Pero algo debe verle Guardiola cuando lo sitúa por delante y, desde luego, el canterano fue el hombre clave del partido. Siempre estuvo pecado a la cal, abriendo juego y apurando línea de fondo, encarando y centrando, en ocasiones sin fortuna.

Pero por su banda llegaron los dos goles: el primero, aunque acabó en el lado contrario, se inició por el suyo, con un buen desmarque, pase raso a la frontal a Messi, quien se apoyó en Alexis para colocar un zurdazo ajustado al poste, ante el que nada pudo hacer el portero rival; el segundo, provocando un penalty de Botelho que el propio Leo materializó para conseguir su gol número 41 en el campeonato (una absoluta barbaridad).

Cuando peor lo pasaba el equipo, cuando más presión tenía, Messi se cargó la responsabilidad sobre sus piernas y le bastaron dos chispazos para que su equipo consiguiera tres puntos vitales, que permiten encarar una semana decisiva con buen ánimo. Era primordial no ceder para tratar de recortar la semana que viene al máximo al eterno rival, en un enfrentamiento que decidirá si el Barça sigue aspirando a la Liga o no. Pero no adelantemos acontecimientos: antes, nos espera el Chelsea de Mata, Torres y compañía. Un duro rival, por mucho que el la Premier no pase por su mejor momento. Los chicos de Pep seguro que asumen el reto. No han hecho otra cosa desde 2008.

1-0: Barkero (p): http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-barkero--p---levante-1--barcelona-0-134391

1-1: Messi: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--levante-1--barcelona-1-134394

1-2: Messi (p): http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--p---levante-1--barcelona-2-134395

viernes, 13 de abril de 2012

Fútbol de salón

Ante el Getafe en el Colliseum Alfonso Pérez cosechó el F.C. Barcelona su primera derrota de la temporada. Fue un partido desangelado, frío, sin ideas, del Pep Team. Una vuelta después, el Barça ha cuajado uno de los mejores encuentros del año. Tal ha sido así que los azulones apenas han inquietado a un Víctor Valdés que, si hubiera querido forzar la quinta amarilla, casi no habría encontrado resquicio para hacerlo, ya que fueron contadas las ocasiones en las que el conjunto madrileño tiró a puerta, lo que le habría permitido perder tiempo.

Las buenas noticias no llegaron sólo en forma de buen juego: el tridente culé empieza a carburar. Hasta la fecha, salvo Messi, que se mantiene en su línea (o la supera cada día), ni Alexis ni Pedro habían conseguido continuidad por culpa de las lesiones. Especialmente el de Abades, que cogió confianza con el tanto ante el Zaragoza y ahora parece enrachado. Y el chileno, en Niño Maravilla, que abrió la cuenta con un zapatazo desde la frontal y luego hizo doblete con un remate de cabeza increíble, adelantándose a su par, que le sacaba una cuarta por lo menos de altura.

No sólo fueron cuatro goles: las ocasiones fueron innumerables. Se sucedían una y otra vez ante la portería de Moyá. Con un fútbol espectacular, de salón, con un Iniesta en estado de gracia y Busquets inconmensurable en defensa, ayudando a la línea de tres integrada por Adriano, Puyol y Mascherano (el argentino, a un nivel espectacular, un central de garantías), la circulación de balón, la intensidad y el nivel de presión fueron muy elevados para el momento de la temporada en el que nos encontramos, lo que hace presuponer que el físico de los jugadores culés comienza a despuntar ahora que se acerca la fase decisiva de las competiciones.

Mientras sus compañeros se dejaban la piel para dedicarle la victoria, Eric Abidal jugaba su partido más importante: el mismo martes se le trasplantó el hígado de su primo. Especialmente emocionante fue la ovación que le dedicó la afición en el minuto 22. En principio, las noticias que llegan de la clínica donde se encuentra ingresado el francés son optimistas: todo ha ido bien, aunque hay que seguir esperando porque los primeros días son vitales para valorar si hay rechazo o no del órgano trasplantado. Ojalá podamos verle pronto de corto.

Finalmente, la jornada de ayer no deparó nuevo recorte de puntos con el liderato: el Atleti lo intentó, pero careció de la suerte necesaria para rematar a su eterno rival, nuestro eterno rival. Quedan 18 puntos en juego, en campos complicados para los dos, y un duelo directo contra el líder, cara a cara. El "no-pinchazo" de ayer fue un pequeño jarro de agua fría en nuestras cuentas de la lechera, pero la esperanza de luchar por el campeonato hasta el final no se pierde. Este equipo nos ha demostrado que seguirá luchando hasta el final.

1-0: Alexis: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-alexis--barcelona-1--getafe-0-134119

2-0: Messi: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--barcelona-2--getafe-0-134122

3-0: Alexis: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-alexis--barcelona-3--getafe-0-134124

4-0: Pedro: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-pedro--barcelona-4--getafe-0-134125

lunes, 9 de abril de 2012

El penalty de la Liga

El Barça salió muy vivo de La Romareda. Mucho más de lo que entró. Mucho más de lo que se podía pensar, viendo el desarrollo de la primera media hora de juego. Y lo hizo por dos razones: porque se sostuvo en Valdés; y porque sacó el orgullo, el amor propio de unos jugadores que sabían que se les iba un tren que quieren seguir teniendo a tiro, que no es otro que el de la Liga BBVA. A priori, puede parecer que, ya que no entró, el penalty que detuvo la pantera de L'Hospitalet, no fue decisivo. Nada más lejos de la realidad: si Aranda llega a acertar (o, mejor dicho, para no restar méritos a nuestro guardameta, si Víctor no llega a adivinar el lanzamiento), con el tanto que el malacitano consiguió después, el 2-0 habría supuesto una distancia casi insalvable. Pero no lo hizo. Y en eso se basó la remontada posterior.

El "momento penalty" me recordó bastante a otro vivido hace tres años. No fue en Liga, sino en Copa: el Barça de Guardiola estaba a punto de ver cómo se le escapaba una eliminatoria ante el Mallorca, al quedarse con diez y sufrir una pena máxima en contra. Por aquel entonces, Pinto indicó a Martí hasta el lugar por el que se lo pararía, algo que finalmente hizo. El resto de la historia ya se sabe: el conjunto de Pep llegó a la final de Copa, ante el Athletic de Bilbao, trofeo que se uniría al de Liga y Champions para redondear una temporada perfecta.

Precisamente esta semana se viene hablando de las similitudes de esta campaña con aquella: semifinales contra el Chelsea, final copera ante el Athletic, jugarse la Liga ante el eterno rival... Caprichosas coincidencias que rara vez se producen pero que no escapan a muchos aficionados culés, siempre exigentes con su equipo, mal acostumbrados al éxito de los últimos años. Es normal: si se tiene en el equipo al mejor jugador del mundo, se puede creer que todo es posible o, como el lema de la conocida firma deportiva que patrocina al propio Messi: "Imposible is nothing". Con el empate del Valencia en el Bernabéu, está un poco más cerca.

Además del partidazo de Leo en La Romareda (no es el primero que hace allí, se pueden considerar satisfechos los aficionados maños, ya que el argentino provoca que les salga barato el abono cada año), cabe destacar, de nuevo, la raza, el pundonor, el coraje y la fe del gran capitán: Carlos Puyol. Autor de goles decisivos esta temporada, se está especializando en las jugadas de estrategia, rematando casi todas las que le llegan. Sólo alguien como él podía esperar el fallo del portero y tener la caña preparada para "pescar" en río revuelto. Un mazazo para el conjunto de Jiménez, que hasta entonces ejecutaba a la perfección los planes del de Arahal.

Con el 1-1 y el Zaragoza creyendo en sus posibilidades a la contra, les llegó el gol de la manera que ellos soñaban: córner mal botado, balón luchado por Alexis, asistencia a Messi y gol del argentino. Imparable. Por la escuadra. 1-2 antes del descanso. Y los locales con diez. Mejor no se podía poner la cosa. Aun así, pocas confianzas porque los aragoneses ya demostraron de qué eran capaces. Eso sí: hasta el tramo final del partido no se acabó de sentenciar, por lo que la emoción siempre estuvo ahí. Tuvo que ser otra intervención de Alexis (le hicieron un claro penalty, transformado por el nuevo pichichi de la competición, Leo Messi) la que diera la tranquilidad final en el marcador, redondeado por alguien a quien este año se ha echado mucho de menos: Pedro Rodríguez. El canario, entre lesiones y baja forma, no estaba destacando tanto como en años anteriores. Su sacrificio obtuvo merecida recompensa con el cuarto, que seguro le dará confianza para el tramo final de temporada.

Como esto no para, mañana hay que tratar de sacar un difícil compromiso en casa ante el Getafe, uno de los dos equipos que ha conseguido vencer a los de Guardiola en Liga. Si suma los tres puntos, el Barça dormirá provisionalmente a uno del líder. Quién nos lo iba a decir...

1-0: Aranda: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-aranda--zaragoza-1--bacelona-0-133951

1-1: Puyol: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-puyol--zaragoza-1--barcelona-1-133952

1-2: Messi: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--zaragoza-1--barcelona-2-133953

1-3: Messi (p): http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--p---zaragoza-1--barcelona-3-133956

1-4: Pedro: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-pedro--zaragoza-1--barcelona-4-133957

miércoles, 4 de abril de 2012

Siempre juntos haciendo historia

Por quinto año consecutivo, el F.C. Barcelona alcanza las semifinales de la UEFA Champions League. Por quinto año consecutivo, el conjunto de Guardiola (el único técnico culé en hacer cuatro semifinales consecutivas) estará entre los cuatro mejores equipos del viejo continente. Y lo hace por la puerta grande, eliminando a todo un coloso: el A.C. Milán de Allegri, Ibrahimovic, Seedorf, Robinho y compañía. Un conjunto, el italiano, que vendió cara su derrota, si bien es cierto que es una eliminación totalmente justa, ya que en todo momento el que puso toda la carne en el asador fue el propio Barça.

Los rossoneri plantearon un partido muy similar al de la ida: presionando la salida del balón del Barça (mientras aguantó el físico) e intentando sacar provecho a la contra. Eran sabedores de que en cualquier jugada podían conseguir un tanto que les pondría en clara ventaja por el valor doble de los goles fuera de casa. Incluso se habrían dado por satisfechos si hubieran logrado llegar a los penalties, que ensayaron en la previa a conciencia. Parecía que presagiaban lo que iba a suceder, aunque igual deberían de haber entrenado mejor a Abbiati para pararlos...

El caso es que nuevamente fue el Barça el que llevó el peso del partido. Con Xavi entre algodones pero de la partida finalmente, junto a Iniesta, Cesc y Busquets formaron una línea de cuatro que embotelló al Milán en su área en los primeros minutos. Messi dispuso de varias ocasiones, a veces cocinadas por él mismo en slalom, y otras veces resultados de triangulaciones con los "jugones". Sin embargo, sus goles llegarían desde los once metros. El argentino, clave en la presión, provocó errores en la experimentada defensa italiana. Fruto de uno de ellos, originó una contra que provocó la primera de las penas máximas señaladas por el holandés Kuipers: Antonini derribó al argentino cuando éste se perfilaba para disparar. Penalty que el propio Leo ejecutó ajustado al palo izquierdo.

El tanto en contra enrabietó al Milán y apaciguó al Barça. Los jugadores culés levantaron el pie del acelerador: trataron de contemporizar. Y eso, cuando tienes delante a un equipo con el oficio de los italianos, te puede pasar factura. En efecto, sólo necesitaron una buena triangulación para que Nocerino definiera la media salida de Valdés. El 1-1 clasificaba a los rossoneri. Había que volver a empezar.

El Barça mostró entonces una gran fortaleza mental y confianza en sus posibilidades. Eso sí, se encontró con la suerte de cara: Nesta (parece mentira, con la edad que tiene y los partidos que acumula) cometió otro penalty, sobre Sergio Busquets, que el árbitro holandés señaló sin dudar. Muy poco tuvo que ver la labor de este colegiado con la del sueco de la ida: pitó lo que vio y acertó.Eso sí: luego fue excesivamente permisivo con las entradas de Ambrosini, que se fue de rositas, a pesar de repartir estopa a lo largo de toda la eliminatoria.

Con el 2-1, la sombra de otro posible tanto del empate se disipó con el tercer gol, justo a los diez minutos de la reanudación: Iniesta dedicaría a su hija Valeria, que ayer cumplía su primer año de vida, el tercer gol de su equipo. La tranquilidad para una grada que se volcó con los suyos para vivir otra noche mágica, absolutamente histórica, por la clasificación, por la forma de conseguirla, por el juego desplegado y por los catorce tantos de Leo Messi, que igualó el récord anotador de la competición.

Ahora, Chelsea o Benfica se interponen en el camino de estos jugadores hacia Munich. De nuevo será con la vuelta en casa. De nuevo será complicado. Pero sabemos que Pep y los suyos lo darán todo. A ambición no les gana nadie.

1-0: Messi (p): http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--p---bar-a-1--milan-0-133766

1-1: Nocerino: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-nocerino--bar-a-1-milan-1-133768

2-1: Messi (p): http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--p---bar-a-2--milan-1-133769

3-1: Iniesta: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-iniesta--bar-a-3--milan-1-133771