REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

miércoles, 30 de junio de 2010

Los mejores años de tu vida, los mejores años de nuestro Barça



30 de junio de 2010. Esto se acaba. Llegó el día que muchos estaban esperando con ansiedad: Joan Laporta abandona la Presidencia del FC Barcelona. Siete años después de haberle dedicado los mejores años de tu vida, dejas, Jan, un club mucho más moderno, competitivo y respetado que el que te encontraste. Es hora de hacer balance. Desde esta bitácora, que para nadie es un secreto que es laportista por los cuatro costados, no podían faltar palabras de recuerdo y agradecimiento para ti, una persona que ha tenido que luchar contra viento y marea y que ha hecho frente a ataques indiscriminados desde dentro y desde fuera, por mantener una apuesta deportiva e institucional que le ha llevado a ganar más enemigos que adeptos. Es el precio que se paga cuando se tiene personalidad y se va con las ideas propias hasta el final, cuando uno no se baja los pantalones ante nadie (bueno, metafóricamente hablando…).

La verdad es que es difícil hacer un resumen de todo lo vivido hasta ahora. Creo que cuando no se sabe por dónde empezar, lo mejor es hacerlo por el principio. Todo comenzó con una mentira. Podríamos llamarlo eufemísticamente “una verdad que no se iba a cumplir”. El 15 de junio de 2003, Joan, ganaste las elecciones a Lluis Bassat utilizando una baza electoral que luego se iría al traste: el no-fichaje de David Beckham. A partir de entonces iniciaste la toma de una serie de decisiones que el destino quiso que fueran acertadas. El británico acabó siendo la última adquisición de la galaxia de nuestro eterno rival y supuso el principio de su fin. Mientras, tú, nuestro nuevo joven y atractivo Presidente, lo que te valió comparaciones hasta con el malogrado JFK, basaste tu primer proyecto en algo tan simple y poco glamuroso como una sonrisa: la de un gaucho que cambió el signo de un club hasta entonces deprimido, convirtiéndolo en ganador.

Al aroma de tu perfume predilecto, el Dreamer (“soñador”), de Versace, tus sueños y los de tantos barcelonistas se fueron haciendo realidad. Trocaste la tradicional mentalidad negativa que siempre ha rodeado al entorno culé en un optimismo desbordado. Un carácter ganador, sin complejos, que aquellos que odian soterradamente a nuestro FC Barcelona han utilizado injustamente en tu contra, empleando tus ideas desacomplejadamente catalanistas como base para ondear la bandera anticulé y quitar méritos a tus indiscutibles éxitos deportivos, que en el fondo eran los de nuestro Barça.

Siempre has dicho que Johan Cruyff, tu ídolo de juventud, cambió la dinámica de un Barça perdedor y lo hizo campeón de Liga, primero como jugador, allá por los años 70, y luego como entrenador, en unos años 90 que, desde mi punto de vista, tu legado ha dejado en pañales. A mayor escala sitúo yo lo conseguido por tu Barça: el mejor Barça de la historia. Un Barça abierto, plural, solidario, económicamente saneado y deportivamente invencible. Un Barça que ha generado aplausos en el estadio del eterno rival y que lo ha sometido al mayor baño que recuerdan los anales futbolísticos.

En ese 2-6, en ese fusilamiento del 2 de mayo de 2009, cristalizó un proyecto deportivo que tuvo seis años de recorrido previo y que también vivió momentos de zozobra. Momentos en los que hasta tú mismo estuviste a punto de abandonar, porque las amenazas de los violentos, que no tenían cabida en tu concepción del Barça, hacían tambalear tu propia seguridad y, lo más importante, la de tres chavalines que llevaban tu apellido y que no tenían culpa de nada. Además de ello, dos años en blanco propiciaron una moción de censura, una injusta moción de censura que casi consigue dar al traste con todo lo que vino después, con ese 2009 perfecto de las seis copas y del 2-6. Lograste resistir las embestidas de todos y, con el sentido de la responsabilidad de quien se sabe preparado para reconducir la situación, decidiste dar un golpe de timón y situar a Pep Guardiola en nuestro banquillo, lo que resultó crucial para construir el Barça más ganador de la historia. Muchos de esos malos momentos quizás se podrían haber evitado, pero probablemente sin ellos todo habría sido diferente. Has pagado un alto peaje, pero seguro que para tu profundo sentimiento barcelonista el sacrificio ha merecido la pena.

¿Cuál ha sido tu mayor acierto? Según tú mismo defiendes en cada una de las miles de entrevistas concedidas a lo largo de los años, depositar tu confianza en Txiqui Beguiristain ha constituido tu mejor decisión. Permíteme que lo dude. Tu mejor decisión no es otra que haberte presentado para liderar nuestro Barça. Has sabido representarlo por todo el mundo y dejar las cuestiones deportivas en manos de los técnicos. Es difícil encontrar dirigentes en el mundo del fútbol que no jueguen a convertirse en entrenadores. Para ser exactos, la única apuesta deportiva personal que has llevado a cabo, la contratación de Samuel Eto’o, a la postre resultó vital en la consecución de los éxitos de un equipo construido a base de talento y de cantera, de jugadores que han mamado barcelonismo de cuna, que sufren con nuestras derrotas y vibran llevándonos a la victoria. Ahí radica el secreto del éxito de la identidad de tu Barça: no compramos balones de oro, los creamos.

Desde determinados medios de comunicación no han escatimado esfuerzos para intentar venderte como una persona interesada, irascible, de temperamento colérico y carácter dictatorial. A pesar de ello, pocas veces has negado una entrevista. En las escasas ocasiones en las que he coincidido contigo, nunca has desatendido una foto o un autógrafo. Guardo como oro en paño una camiseta dedicada por mi cumpleaños que, meses después, se convertiría en histórica, porque con una igual Andrés Iniesta logró el tanto en Stamford Bridge que nos condujo a Roma y al triplete.

Recientemente has declarado que te vas feliz y con la conciencia tranquila. No es para menos: has hecho felices a millones de barcelonistas en todo el mundo. Has dado un vuelco radical a nuestra historia y has acabado con nuestros históricos complejos de inferioridad. Ahora, la referencia mundial es tu Barça, nuestro Barça. Tu sueño siempre fue llevar el 9 en nuestro equipo. El destino no te lo hizo realidad, pero te tenía preparado algo mejor: convertirte en el mejor Presidente de la historia del FC Barcelona. Hará falta cierta distancia en el tiempo para que se valore lo que has conseguido. No hay palabras suficientes para describirlo.

No se me ocurre la manera de concluir esto que ahora se acaba. Puede que lo mejor sea volver al principio. Todo comenzó, dejémonos de eufemismos, con una mentira. Bendita mentira. Nos ha permitido vivir los mejores años del Barça. Dejas las vitrinas del Museu repletas de trofeos, pero el más importante, el reconocimiento del barcelonismo, te lo llevas contigo. Te mereces que te vaya bien en aquello que emprendas. Decías en la carta de despedida a los socios del Barça que había sido un gran honor. El placer ha sido nuestro, Jan. ¡Visca el Barça!