REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

domingo, 24 de febrero de 2013

Remontada... Con dudas



Difícil papeleta la que tenía ayer el F.C. Barcelona y que solventó con los tres puntos, aunque las sensaciones no fueron del todo positivas. Evidentemente, la fortaleza mental que tuvo el equipo para dar la vuelta al marcador en apenas veinte minutos, el despliegue futbolístico de esos momentos, la reacción desde el banquillo propiciando cambios tácticos fundamentales (como la entrada de Tello y la posición de Villa de 9) y el hecho de mantener la distancia (una jornada más, un partido menos) con los perseguidores son puntos fuertes a favor de los chicos de Tito-Roura.

Sin embargo, siguen pesando dudas en el ambiente. El primer tiempo del Barça ayer, quitando los primeros diez minutos, fue un calco de San Siro: se vio a los culés atenazados, planos, sin ideas, con un fútbol horizontal, sin chispa, empecinados en entrar por el centro, a pesar de la maraña que creó Emery (tercer enfrentamiento con el vasco esta temporada, ojalá que no sea el último, porque eso significará que Sevilla y Barça se ven las caras en la final de Copa). Un equipo en el que cada uno hacía la guerra por su cuenta: Messi lo intentaba, pero no le salía nada; Iniesta buscaba la línea de fondo, pero sus centros no encontraban rematador; y Alexis seguía obcecado por agradar (se tuvo que retirar por una contusión en el muslo).
Lo peor, de nuevo, la fragilidad defensiva: el gol encajado resume perfectamente lo que está sucediendo en los últimos encuentros. Fallos en cadena (de despeje, de marcaje, de anticipación) y Botía remata a placer un centro de Coke al borde del descanso. En el momento clave de la temporada, con eliminatorias a doble partido a vida o muerte, dejar la portería a cero se antoja vital. De hacerlo el martes, sin ir más lejos, el equipo pasaría sí o sí a la final de Copa. Ojo: no estoy culpando a los defensas o a Valdés en exclusiva. La tarea defensiva es un trabajo colectivo que debe empezar en la delantera. La concentración debe ser de todos, no de los zagueros.

Precisamente, cuando el marcador estaba en contra, me gustó la actitud de dos defensas: Piqué y Alves. El central, desesperado por los problemas de circulación de balón, la subió jugada desde atrás varias veces. Y el lateral participó al nivel de antaño, generando un constante peligro por su banda y propiciando el centro medido a la cabeza de Villa, que supuso el empate que sirvió de base a la remontada.

Delante, Tello fue un auténtico revulsivo, encarando, desbordando, abriendo el campo, asistiendo a Messi en el segundo. Sin embargo, me gustaría destacar el papel de Villa. El Guaje, que está teniendo mala fortuna con las lesiones, trata de aprovechar cada oportunidad, y a menudo lo logra. El público sabe reconocer su entrega y su esfuerzo y su nombre es coreado a menudo. Debe ser complicado rendir cuando te colocan día a día fuera del club, o, como ayer, insinúan que te van a ofrecer una renovación a baja y con un papel secundario (a lo Larsson). Villa apenas tiene treinta años, es un futbolista que se cuida, que vive por y para el fútbol, y que tiene algo que muchos no: gol. Es una absoluta falta de respeto que piensen en un posible "retiro" futbolístico con su nivel y a su edad. Afortunadamente, el asturiano calla bocas al ritmo que mete goles importantes para el equipo. Parece haberse ganado, cuando menos, la titularidad el martes. Veremos si Tito-Roura se la dan y a quién sacrifican.


viernes, 22 de febrero de 2013

Pesadilla en San Siro



El F.C. Barcelona se ha dejado una buena parte de sus aspiraciones a hacer algo grande en la UEFA Champions League esta temporada en San Siro. El 2-0 cosechado pone muy cuesta arriba la eliminatoria, por varios factores: la diferencia de goles, no haber logrado un tanto al menos fuera de casa... Pero, sobre todo, por la certeza de que, debido a unas causas u otras, a este Barça le hacen demasiados tantos en contra. Por supuesto que estos jugadores, igual que han perdido estrepitosamente, son capaces de ganar por tres goles a cualquier rival. Sin embargo, lo que no veo nada claro es que sea capaz de quedarse con la portería a cero, y un solo gol del Milan en la vuelta obligaría a ganar, mínimo, 4-1.

Si el equipo tiene alguna opción a la vuelta, debe empezar por la autocrítica. Cuidado: que vaya a serlo con lo sucedido el miércoles en Italia no quiera decir que deje de ser del Barça o que esté esperando el fallo para no dejar títere con cabeza. Nada más lejos de la realidad: desde aquí siempre se ha apoyado (y se apoyará) a este equipo, porque todo lo que nos ha hecho vivir merece un crédito ilimitado. Desde mi punto de vista, el 2-0 se comenzó a fraguar en hace unos meses, justo en el momento en el que se supo que nuestro rival iba a ser el Milán. Es verdad que el conjunto rossonero no tiene las individualidades de antaño, que se halla sumido en un proceso de reestructuración y que cuenta con jugadores muy jóvenes, con poca experiencia internacional en algunos casos. Pero la confianza del entorno culé se volvió temeraria en el momento en que se ha empezado a hablar de triplete, de sentenciar allí, de que ellos firmaban dejar la eliminatoria abierta. El Barça que ganó todo lo que había en juego siempre fue partido a partido, nunca miró más allá. Primera lección que hay que aprender de este tropezón.

La segunda tiene que ver con el planteamiento de este tipo de partidos. Inter, Chelsea, Celtic... esta película ya se sabe cómo acaba: mucha posesión estéril y derrota. Más esperpéntico aún, porque si el año pasado en Stamford Bridge hubo verdadera mala suerte (con varios tiros a la madera y paradones de Cech), el miércoles apenas se inquietó a Abbiati. Un tiro lejano de Iniesta fue lo más peligroso en noventa minutos. El Milán ganó la partida en todo: agresividad, velocidad, intensidad... Es cierto que el césped estaba en muy mal estado, pero ya estamos acostumbrados a este tipo de artimañas. Como dijo Piqué tras el partido: no hay excusas.

Por último, eché en falta chispa en determinados jugadores. No es por señalar a nadie, pero Pedro lucha, presiona, ayuda... Pero ni encara ni marca. Se está siendo especialmente crítico con Alexis Sánchez (probablemente porque se pagó un traspaso alto por él), pero no hay que olvidar que, Messi aparte, el resto de goleadores del equipo tampoco está aportando las cifras necesarias de quienes ocupan una plaza de titular en el F.C. Barcelona. Y el partidito de Cesc Fàbregas, absolutamente desaparecido, también fue especialmente flojo.

El único jugador que mantuvo nuestro espíritu fue, como siempre, nuestro capitán: lo que más le dolió no fueron las cuatro grapas o los puntos de sutura en la cabeza por su encontronazo con Pazzini. Lo peor para él fue la derrota. Una derrota sin excusas (si a otros le hubieran marcado un gol con la mano ya estaríamos con los porqués), totalmente merecida, aunque excesiva en cuanto a diferencia. Sea como fuere, poco o nada se puede hacer ya: aprender de los errores y tratas de no cometerlos en el futuro.

lunes, 18 de febrero de 2013

Leónidas Messi



Comentaba con algunos futboleros antes del partido en Granada que el conjunto nazarí tenía la mala fortuna de ser el próximo compromiso liguero del F.C. Barcelona justo cuando Leo Messi se encontraba a tan sólo un tanto de lograr una cifra redonda: el trescientos. Pues no fueron trescientos: fueron trescientos uno. Nos tiene tan mal acostumbrados  el argentino que no sólo alcanza las cifras: las supera. El pasado sábado lo consiguió a pesar de que el nivel colectivo no fue el adecuado, de que el equipo no controló en exceso el partido y de que la victoria peligró durante buena parte del choque e incluso al final.

Hay una máxima muy clara: en fútbol, si perdonas, lo sueles acabar pagando. Así se puede resumir la primera mitad: el Barça logró crear numerosas ocasiones de gol, pero éste caería de lado del Granada. La mala fortuna evitó que Alexis Sánchez, Cesc Fàbregas (derribado en el área en un penalty que parecía piscinazo pero la repetición demuestra que hubo zancadilla), Messi o Thiago adelantaran a los visitantes. En cambio, los de Alcaraz, que generaron mucho peligro jugando a la espalda de los laterales (Alves y Adriano -aunque luego entró Jordi Alba por los enésimos problemas físicos del de Curitiba) y en las llegadas al segundo palo. En una de ellas, Ighalo anotó el 1-0 y llevaba el delirio a una grada que no hace mucho vio caer al tercer clasificado en su estadio.

Sin embargo, quedaba demasiado tiempo por delante. Y más cuando, apenas recién iniciado el segundo tiempo, Messi aprovechaba un rechace de Toño a tiro de Cesc para lograr el empate. El gol no fue fruto de la casualidad: el equipo adelantó líneas, presionó de modo más generoso, se colocó mejor en el campo (especialmente Thiago) y achicó espacios en defensa. Además, el empate minó la moral de los granadinos, que acusaron el cansancio del esfuerzo realizado y ya no podían contener el flujo futbolístico culé. Por si fuera poco, Roura introdujo más madera: Iniesta y Tello.

Si hay penalty y no te lo pitan, si de jugada te topas con el poste o el portero, si las cosas no salen, no importa: ahí estará Messi para desatascar lo que parecía imposible y remontar (por séptima vez esta temporada) el encuentro. De libre directo, modalidad en la que se está especializando el argentino a base de practicar en los entrenamientos, a base de compromiso con el equipo, ese que se suele echar a las espaldas a menudo.

De ahí al final, paradójicamente, pudo pasar cualquier cosa: el Barça no supo defender bien la ventaja y el Granada creó ocasiones claras de gol, pero se topó con un inconmensurable Valdés, quien sacó, en el descuento, una llegada final que significaba el empate y sin tiempo para nada más. También pudo caer el 1-3, pero nuevamente la falta de puntería de los delanteros culés lo impidió.

En definitiva, trabajada victoria, mucho más difícil de lo que a priori parecía, pero importantísima a tenor de los próximos compromisos del equipo. El calendario se estrecha, el nivel crece, pero mantener la ventaja es primordial para gozar de tranquilidad. El Barça se encuentra a diez victorias de ser campeón matemáticamente en Liga. Mientras tanto, hay que alternar con Champions y Copa, donde la exigencia es máxima. Se aproxima, pues, un reto apasionante.

1-2: Messi: http://vod.cope.es/audio/2013/02/16/audio_13610469715289651849.mp3

domingo, 10 de febrero de 2013

Desayuno con diamantes



Primer partido del F.C. Barcelona a las 12 de la mañana y bonito espectáculo el que se ha podido ver en el Camp Nou. El público que ha acudido al Estadi en mayor número que de costumbre (más de ochenta mil personas), especialmente familiar por el horario, ha disfrutado sin duda de un encuentro intenso, rápido, de un fútbol vistoso, con Iniesta en plan estelar, secundado por Thiago y un soberbio Álex Song, novedades en el once para aliviar el peso del virus FIFA.

Pese a la ausencia de hombres claves en el esquema del Barça, como Xavi, Busquets, o Cesc, los jugadores culés salieron desde el primer minuto a agradar  y tratar de solventar el compromiso cuanto antes mejor. Iniesta destapó el tarro de las esencias con un pase al hueco desde el centro del campo que Alexis no perdonó esta vez. El chileno celebró con rabia su gol, se quitó la presión de encima y ofreció sus mejores cuarenta y cinco minutos en esta temporada, con un inteligente juego sin balón, además de afrontar con confianza varias jugadas y hasta regatear, algo que parecía que se le había olvidado en los últimos tiempos.

A los diez minutos, Messi anotaba el segundo y ponía tierra de por medio en el marcador, que reflejaba perfectamente lo que estaba sucediendo en el campo. El balón circulaba a velocidad de vértigo, los delanteros (Alexis-Villa) ensanchaban el campo, los laterales llegaban al espacio, Iniesta y Thiago repartían por el centro y Messi volvía locos a los centrales del Getafe cada vez que recibía el balón. El poste repelió lo que era el 3-0 del argentino, que hasta se atrevió con una chilena, aunque no pudo conectar con el balón. Sin embargo, el resultado no se movería hasta después del descanso, ya que en numerosas ocasiones los delanteros culés fallaban oportunidades clamorosas por rizar el rizo en exceso.

Cuando más muerto estaba el partido, cuando parecía que un gol del Getafe podría meterlo en el partido, Jordi Alba asistió a Villa y el Guaje, el único de la tripleta atacante que no había mojado aún, no perdonó ante Codina. De este modo, el asturiano podía dedicar un tanto a su hijo recién nacido. Además de la titularidad, el delantero acabó el partido completo, por lo que esperemos que, durante esta semana, se "acallen" los rumores de malestar o salida de Villa.

El tercer tanto rompió de nuevo el partido: el Getafe, sabedor de que poco tenía que perder ya, se lanzó al ataque y dejó más espacios en defensa, por lo que era cuestión de tiempo que la goleada fuera aumentando. Tello, que acababa de sustituir a Alexis, al que el público reconoció el esfuerzo con una gran ovación, se apuntó a la fiesta con un disparo ajustado desde el flanco diestro. Álvaro Vázquez, ex espanyolista, aprovechó un fallo de Thiago en la entrega y consiguió el tanto del honor azulón. Pero con ello volvió a despertar a la fiera, y finalmente Iniesta y Piqué redondearon el "set". Encomiable el partido del central: en el último minuto de descuento se lanzó arriba con fe y a puerta vacía remató una asistencia de un generoso Thiago Alcántara.

Después de un mes y medio frenético, el Barça por fin dispone de una semana completa de descanso. Las castigadas piernas de los culés agradecerán seguramente el breve paréntesis para recuperarse del kilometraje de los compromisos internacionales y del ritmo frenético de la competición. Tras el Granada, el final de mes es de traca: Milán, Sevilla y doble Clásico. Llega, por tanto, un tramo decisivo para la temporada.

lunes, 4 de febrero de 2013

Un punto trabajado: un puntazo



A priori, de los tres primeros clasificados en la Liga BBVA, el FC Barcelona era el que encaraba el peor encuentro: ante el Valencia en Mestalla. Un campo complicado, ya que el conjunto levantino siempre pone las cosas difíciles a los culés, con un estilo de juego muy basado en la presión, las líneas muy juntas y rápidas salidas a la contra. Habitualmente, los equipos de Valverde gustan de tener el balón, pero ante el Barça el técnico vasco es muy consciente de la dificultad de manejar el centro del campo, por lo que apostó por un estilo muy similar al de Emery en temporadas anteriores. El resultado: otro empate en Mestalla, como venía sucediendo en temporadas pasadas, aunque no fue precisamente el peor resultado de los tres primeros clasificados...

En efecto, el gran beneficiado de la jornada fue el Atlético de Madrid, que recortó dos puntos frente al líder y se distanció en tres del tercero, que cayó sorprendentemente en Granada y queda a dieciséis del liderato. Como conclusión: los dos grandes del fútbol español pagaron la ida de su intensa eliminatoria copera, de la que no pude hablar en su momento, pero que repasaré brevemente posteriormente (algunos comentarios sobre cuestiones extrafutbolísticas principalmente).

Quizás el resultado habría sido diferente si se hubieran hecho rotaciones en el once inicial (sólo dos cambios con respecto al Bernabéu: Valdés por Pinto y Mascherano por Puyol). Vi a algunos hombres excesivamente cansados: Cesc Fàbregas, Messi, Xavi y Pedro sobre todo. Por el contrario, Jordi Alba parecía que jugaba su primer partido de la temporada; y el ataque se sostuvo por los chispazos de Iniesta, aunque el manchego tuvo que retrasar excesivamente su posición para entrar en juego. Probablemente en los dos próximos partidos el cuerpo técnico tire de hombres de refresco, sobre todo ahora que Xavi tendrá que parar al menos quince días por una lesión muscular que ha impedido su viaje a Qatar con La Roja.

Dos nombres propios a lo largo de la semana fueron los autores de los tantos: Éver Banega, de quien se dice que llegó tarde y "en malas condiciones" al entreno del viernes (ya podía haberlo dejado fuera Valverde, porque vaya partidazo hizo el argentino); y su compatriota, Leo Messi, quien fusiló de penalty inalcanzable a quien se rumorea como candidato a la portería del Barça para la próxima temporada: Vicente Guaita. Al bueno de Leo le han buscado las cosquillas en la resaca del Clásico copero con un claro objetivo: dañar su imagen y tratar de favorecer al eterno segundón en las votaciones del Balón de Oro. Que si esperó a Arbeloa una hora y media en el parking, que si le dijo "bobo" a éste y "muñeco de Mourinho" a Karanka, que si escupió al banquillo... Todas las acusaciones sin pruebas. De lo que sí las había, querido Callejón, era de tu entrenador, de ése que te monta a caballo, en el parking del Camp Nou para intimidar a un árbitro, como hace siempre que pierde. La campaña es rastrera, sucia y antideportiva. Sin embargo, estoy absolutamente convencida de que Leo contestará donde suele hacerlo (en el campo) y como suele hacerlo (siendo el mejor del mundo).

Para finalizar, otro protagonista que habló donde tenía que hacerlo: Víctor Valdés. Con una parada a bocajarro, la pantera de L`Hospitalet evitó que el empate acabara en derrota en los minutos finales. Se trató de un punto muy trabajado, ante un gran rival y en un campo que siempre se nos atraganta. La distancia con el segundo sigue siendo considerable, por lo que el margen continúa siendo bueno gracias al fantástico trabajo realizado hasta ahora.