Para ser Guardiola, tienes que, en primer lugar, ser honesto y consecuente con tus palabras. No puedes arrimarte al sol que más caliente cuando te interese: uno se compromete con una causa y le es fiel en los buenos y en los malos momentos. Por descontado, debes tener tu carácter, no amilanarte ante nada ni ante nadie. Pero, sobre todo, "un" Guardiola llama a cada cosa por su nombre, no se refiere a los demás con las ambigüedades de quien tira la piedra y esconde la mano.
Para ser Guardiola, en cada partido ha de acompañarte la valentía de salir con una apuesta futbolística única e irrepetible. Una filosofía basada en lo que crees, en lo que has mamado desde pequeño, en los valores que te han enseñado en casa. Me refiero, obviamente, no sólo al hogar familiar, sino a la otra casa de Pep: el Barça, su Barça, nuestro Barça. Sólo en una institución que es "Més que un club" puede poner uno nueve canteranos en el equipo inicial, como esta tarde en El Sardinero, y ganar encuentros con el mismo estilo de siempre, reconocido y admirado en todo el mundo.
Para ser Guardiola, no te tiene que temblar el pulso a la hora de tomar decisiones importantes. Si alguno de tus jugadores no se encuentra al nivel deseado, no lo criticas ante la prensa, no lo desmotivas con palabras: lo motivas con actos. Si lo tienes que dejar en el banquillo o en la grada para que reaccione, lo haces, aun a sabiendas de que el tema dará que hablar en el temido "entorno". Pero, en todo momento, lo que cuenta es el bien del grupo y, en última instancia, del Barça.
Para ser Guardiola tienes que sacar el máximo rendimiento de todo. Un traspié no es una excusa: hay que levantarse y continuar. Las lesiones, los caprichos del calendario, las decisiones arbitrales... Ninguno de estos factores influye en el campo. Aunque en el fondo sepas que hay injusticias, jamás se la transmitirás a tus jugadores: en el campo, serán once contra once y se respetará a cada rival como merece. Todos serán iguales de complicados, desde el campeón de Alemania hasta el colista de Malta.
Para ser Guardiola, debes convertir un buen futbolista en el mejor jugador del mundo. Y lograr que mantenga su nivel el mayor tiempo posible. Da lo mismo que haya ganado tres Balones de Oro consecutivos: gracias al entrenador, tiene tanta hambre que lo mismo hace un repóker en Champions que un doblete en Santander. Siete goles en dos encuentros. A sólo cinco de ser el máximo goleador histórico de una entidad más que centenaria... con 24 años.
Para ser Guardiola, debes ser consciente de que esta Liga la tienes muy difícil, no sólo porque el primero no cede, sino porque no le permitirán caer. Sin embargo, tienes que continuar motivando a los tuyos para no bajar los brazos, para que sigan compitiendo como si aún pudieran ser campeones. Y te tiene que llenar de orgullo el amor propio con el que se dejan la piel en el campo, jugándose las piernas como Sergio Busquets.
No: no todos somos iguales. Por desgracia, Guardiola sólo hay uno. Querido Mou: tú nunca serás como él. No tienes ninguna de las cualidades que caracterizan a Pep: honestidad, sinceridad, sentido común, brillantez, valentía, tenacidad... Para ti sólo vale ganar; Guardiola, en cambio, busca hacer disfrutar a la gente, siendo fiel a sus principios. Para ser Guardiola, tendrías que llevar a tu equipo tan dentro como Pep lleva al Barça, y tú sólo amas el color del dinero.
0-1: Messi: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--racing-0--barcelona-1-132230
0-2: Messi (p): http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--p---racing-0--bar-a-2-132242
Que lindo articulo comparto lo manifestado, ojala Pep lo lea, es el sentimiento de muchos cules del mundo, no sabe como estamos sufriendo esperando su SI, Visca Barca.
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