Por fin una jornada propicia para el F.C. Barcelona. Desde que el conjunto de Guardiola, quien, por cierto, celebra hoy su onomástica y sigue deshojando la margarita sobre su continuidad, ganara en el Bernabéu, el actual líder del campeonato no había hecho sino incrementar su ventaja al frente de la clasificación. Jornada tras jornada, sobre todo en las últimas, los culés se habían quemado viendo por televisión los encuentros de sus rivales, que cada vez que parecía que iban a pinchar se llevaban el gato al agua. Hasta ayer. A eso de las 23:30, se consumaba la sorpresa: el Málaga de Pellegrini (así de caprichoso es este mundillo del fútbol) arrancaba in extremis un valioso empate que nos deja a ocho puntos. Siguen siendo muchos, es verdad, pero hay factores para la esperanza. En primer lugar, porque la dinámica de los dos grandes ha cambiado. Ahora es el Barça el que camina con paso firme por todos los campos. Si se mostraba dubitativo fuera, ahora solventa difíciles papeletas, como la del sábado en el Ramón Sánchez Pizjuán, con holgura. Si antes no conseguía alcanzar la regularidad en su juego, ahora Xavi vuelve a coger la batuta con maestría. Y ya se sabe que, cuando el de Terrassa está fino, la orquesta suena mucho mejor.
La primera parte del sábado evocó los mejores momentos de este equipo de leyenda. Acorraló al Sevilla en su área, tocó y tocó con verticalidad, ritmo y buscando el espacio. Dispuso de numerosas ocasiones, esta vez no desbaratadas por Javi Varas, sino por un renacido Palop. Sólo el propio Xavi, en un lanzamiento de falta, y, cómo no, un enrachado Leo Messi, tras una espectacular jugada con caño sobre Spahic y vaselina ante Palop, lograron batir al guardameta valenciano, que se ha asentado merecidamente en la portería hispalense desde la llegada de Míchel.
A pesar de que, con 0-2, el partido parecía sentenciado, en la segunda mitad los rojiblancos se estiraron y casi logran recortar distancias, lo que habría puesto emoción para los minutos finales. Navas estuvo especialmente incisivo por la banda de Adriano, que desde ahora se queda con la difícil misión de suplir a todo un coloso: Eric Abidal. El francés, que como todos saben tendrá que volver a pasar por el quirófano para someterse a un trasplante que solucione sus problemas hepáticos, fue el gran protagonista de la jornada (junto con Muamba), sin jugar. Desde que se conoció la noticia de su nuevo contratiempo de salud, han sido numerosas las muestras de cariño de personas anónimas, deportistas profesionales, clubes de fútbol... que se han sumado para darle fuerzas al bueno de Eric. Como dijo el capitán, Carles Puyol, el vestuario está tocado, pero seguro que más unido que nunca para afrontar este duro golpe. Es el tercero en un año que recibe la gran familia que es el vestuario del F.C. Barcelona. Demasiados tragos amargos para un equipo cuya principal meta es hacer disfrutar a la gente.
Por lo demás, el equipo demuestra tanto orgullo, tanto amor propio, que, a pesar de lo que se empeña en defender su técnico (que la Liga no la ganarán), cada partido que pasa demuestra que juegan como si fuera el último. Quedan once finales (más una eliminatoria durísima de Champions frente al Milán) para tratar de obrar el milagro. Once finales que empiezan mañana mismo, en unas horas, frente al Granada. Once finales por Abidal.
0-1: Xavi: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-xavi--sevilla-0--barcelona-1-132592
0-2: Messi: http://www.cope.es/tiempo-de-juego/audio-gol-de-messi--sevilla-0--barcelona-2-132593
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