El F.C. Barcelona volvió a la Champions, a la
máxima competición continental, con la sensación de quien tiene una segunda
oportunidad. El pésimo resultado de San Siro, que obligó a una remontada
histórica y sufrida en el Camp Nou, suponía que había que aprender de los
errores pasados, a tratar de hacer los deberes en la ida para no afrontar de
nuevo una vuelta agónica. Y durante gran parte del encuentro así pareció. El
conjunto de Tito Vilanova, que se volvió a sentar en nuestro banquillo (eso sí
que es otra oportunidad de la vida), sabía lo que tenía que hacer: tratar de
marcar fuera de casa y llevarse para Barcelona algo de ventaja que administrar
la semana que viene.
A pesar de la salida en tromba del PSG, el Barça se hizo pronto con el
mando del encuentro. Los franceses, espoleados por el ambiente de la grada,
salían a la contra con peligro, sobre todo con las llegadas de Lavezzi, que
generó la mayoría de las ocasiones, incluyendo una jugada al palo. Sin embargo,
serían los culés los que golpearían primero, con una magistral asistencia de
Alves desde el centro del campo a Leo Messi que el argentino convirtió en su
octavo gol en Champions. El crack aprovechó los momentos de desconcierto para
tratar de anotar el segundo, con un típico slalom desde la banda con tiro final
ajustado a la escuadra, pero se le marchó.
Ahí comenzaron las malas noticias para el Barça, porque en esa jugada el
10 sintió un pinchazo en el bíceps femoral que encendió las alarmas en el
banquillo y congeló la sangre de la afición culé que seguía el encuentro, tanto
en el campo como en la televisión. Aguantó hasta el descanso, pero pidió que no
le pasaran ni un balón y se pegó a la banda sin apenas forzar. En el segundo
tiempo, lo sustituyó Cesc Fàbregas.
La segunda mitad, el Barça dispuso de varias ocasiones, en especial
creadas por la movilidad de Alexis Sánchez, que generaba continuos espacios a
sus compañeros, aunque luego volvió a fallar a la hora de definir. Como suele
suceder, quien perdona lo acaba pagando, y cuando más controlado parecía el
juego y más inofensivo el PSG, se sucedieron varias desgracias que volvieron
loco el partido a partir del minuto 80. En un córner local, Jordi Alba y Mascherano
chocaron y tuvieron que ser atendidos. Stark, por desconocer el reglamento o
negarse a aplicarlo, obligó a los dos a salir del campo, cuando la normativa
dice que dos jugadores que han chocado del mismo equipo no pueden salir a la
vez, se tiene que interrumpir el juego hasta que se recuperen, como si del
portero se tratara. Acto seguido, una falta de Villa que no fue, el saque con
Alba y Masche aún protestando y descentrados y un gol de Ibra en fuera de juego
por dos metros...
Afortunadamente, no todo fueron malas noticias. Un penalty tan claro como
absurdo del portero del PSG (Alexis ya perdía el balón) provocó el segundo del
Barça, de Xavi, que parecía definitivo... Hasta que en otra jugada desgraciada,
Bartra, que sustituyó al "Jefecito", lesionado para seis semanas,
desvió un disparo de Matuidi y Valdés no pudo hacer nada por evitar el empate a
dos en el último minuto del descuento.
El resultado, muy bueno. Las sensaciones, no tanto. Por la forma en que se
produjo el empate, por el parte de guerra, que deja la defensa en cuadro para
la vuelta, y, sobre todo, por la duda de Messi para dicho encuentro de vuelta.
Finalmente, el argentino tiene para menos tiempo del que se estimaba en un
principio, pero aun así su presencia en el Camp Nou la semana que viene está
complicada. Eso sí: esperemos que el equipo saque adelante la eliminatoria al
menos para dar a Leo la oportunidad de estar en semifinales.
1-1: Ibrahimovic: http://vod.cope.es/audio/2013/04/02/audio_13649344217047997419.mp3
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