REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

viernes, 22 de febrero de 2013

Pesadilla en San Siro



El F.C. Barcelona se ha dejado una buena parte de sus aspiraciones a hacer algo grande en la UEFA Champions League esta temporada en San Siro. El 2-0 cosechado pone muy cuesta arriba la eliminatoria, por varios factores: la diferencia de goles, no haber logrado un tanto al menos fuera de casa... Pero, sobre todo, por la certeza de que, debido a unas causas u otras, a este Barça le hacen demasiados tantos en contra. Por supuesto que estos jugadores, igual que han perdido estrepitosamente, son capaces de ganar por tres goles a cualquier rival. Sin embargo, lo que no veo nada claro es que sea capaz de quedarse con la portería a cero, y un solo gol del Milan en la vuelta obligaría a ganar, mínimo, 4-1.

Si el equipo tiene alguna opción a la vuelta, debe empezar por la autocrítica. Cuidado: que vaya a serlo con lo sucedido el miércoles en Italia no quiera decir que deje de ser del Barça o que esté esperando el fallo para no dejar títere con cabeza. Nada más lejos de la realidad: desde aquí siempre se ha apoyado (y se apoyará) a este equipo, porque todo lo que nos ha hecho vivir merece un crédito ilimitado. Desde mi punto de vista, el 2-0 se comenzó a fraguar en hace unos meses, justo en el momento en el que se supo que nuestro rival iba a ser el Milán. Es verdad que el conjunto rossonero no tiene las individualidades de antaño, que se halla sumido en un proceso de reestructuración y que cuenta con jugadores muy jóvenes, con poca experiencia internacional en algunos casos. Pero la confianza del entorno culé se volvió temeraria en el momento en que se ha empezado a hablar de triplete, de sentenciar allí, de que ellos firmaban dejar la eliminatoria abierta. El Barça que ganó todo lo que había en juego siempre fue partido a partido, nunca miró más allá. Primera lección que hay que aprender de este tropezón.

La segunda tiene que ver con el planteamiento de este tipo de partidos. Inter, Chelsea, Celtic... esta película ya se sabe cómo acaba: mucha posesión estéril y derrota. Más esperpéntico aún, porque si el año pasado en Stamford Bridge hubo verdadera mala suerte (con varios tiros a la madera y paradones de Cech), el miércoles apenas se inquietó a Abbiati. Un tiro lejano de Iniesta fue lo más peligroso en noventa minutos. El Milán ganó la partida en todo: agresividad, velocidad, intensidad... Es cierto que el césped estaba en muy mal estado, pero ya estamos acostumbrados a este tipo de artimañas. Como dijo Piqué tras el partido: no hay excusas.

Por último, eché en falta chispa en determinados jugadores. No es por señalar a nadie, pero Pedro lucha, presiona, ayuda... Pero ni encara ni marca. Se está siendo especialmente crítico con Alexis Sánchez (probablemente porque se pagó un traspaso alto por él), pero no hay que olvidar que, Messi aparte, el resto de goleadores del equipo tampoco está aportando las cifras necesarias de quienes ocupan una plaza de titular en el F.C. Barcelona. Y el partidito de Cesc Fàbregas, absolutamente desaparecido, también fue especialmente flojo.

El único jugador que mantuvo nuestro espíritu fue, como siempre, nuestro capitán: lo que más le dolió no fueron las cuatro grapas o los puntos de sutura en la cabeza por su encontronazo con Pazzini. Lo peor para él fue la derrota. Una derrota sin excusas (si a otros le hubieran marcado un gol con la mano ya estaríamos con los porqués), totalmente merecida, aunque excesiva en cuanto a diferencia. Sea como fuere, poco o nada se puede hacer ya: aprender de los errores y tratas de no cometerlos en el futuro.

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