REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

viernes, 25 de enero de 2013

Entre magos anda el juego



Partidazo por todo lo alto en La Rosaleda. Como dos equipos Champions que son, Barça y Málaga, Málaga y Barça, brindaron un bonito espectáculo en el que hubo emoción, buen juego, alternativas en el resultado y polémica. Todos los ingredientes, en suma, de un partido copero. Eso sí, con dos partes muy bien diferenciadas: igualada la primera y más decantada por el conjunto visitante en la segunda. De hecho, hasta el último cuarto de hora no se decantó finalmente por el Barça.

Y eso que empezó muy enchufado: a los pocos minutos se consiguió abrir el marcador por medio de Pedro. Alves (ayer fue quizás el primer partido de este año que me recordó al Alves de antaño) la pidió al espacio en posición dudosa (aunque la norma dice que en caso de duda no se debe levantar el banderín) y su centro lo cabeceó a la red el canario, que parece que también recupera olfato goleador. Sin embargo, a pesar de acusar durante unos minutos el golpe, antes del cuarto de hora Joaquín ya había devuelto las tablas al electrónico. Un gol precedido también de polémica, ya que en su origen un jugador malaguista se llevó el balón con la mano.

Además de los tantos, hubo ocasiones para que cualquiera de los dos se marchara con algún chicharro más a su favor. El mal estado del terreno de juego ocasionaba numerosos resbalones y fallos que dejaron mano a mano a varios jugadores, pero Messi o Iniesta se toparon con Kameni y el poste, respectivamente. El manchego incluso se cambió de botas porque se cayó varias veces.

En la segunda mitad, el Barça puso la directa y a los tres minutos ya volvía a adelantarse por mediación de Gerard Piqué. El central, que había sido padre en las horas previas al choque, pudo así dedicar el tanto a su recién nacido hijo, tan famoso o más en tan sólo unas horas de vida que sus dos padres juntos. A partir de ahí, el centro del campo culé tomó el mando de las operaciones y se practicó un fútbol con más control: sin arriesgar los pases, con la movilidad de siempre, las ocasiones fueron llegando, aunque fueron increíblemente malogradas.

Como suele pasar: si perdonas, la pagas. En otra jugada polémica, en la que Welligton pisó adrede el muslo a Fàbregas en su área (lo que habría ocasionado penalty y expulsión por la agresión del central malacitano), el Málaga continuó la jugada sin echar el balón fuera y la defensa del Barça, en cuadro por la contra y porque muchos jugadores se habían quedado protestando a Mateu, no pudo evitar el tanto de Santa Cruz, que devolvía la igualdad al marcador y a la eliminatoria.

Sin embargo, el Málaga, a pesar del empate, se encontraba muy mermado físicamente por el esfuerzo, no sólo de anoche, sino por la "serie" de tres encuentros seguidos jugados contra el Barça. De ahí que el centro del campo culé continuara campando a sus anchas, tocando sin prisa, pero sin pausa. Xavi puso el temple, Cesc la visión de juego y el toque imposible, e Iniesta definió inmejorablemente ante Kameni. Cuando esos locos bajitos se ponen a jugar, prácticamente nadie puede pararlos. Messi, que no había firmado ninguno de los tres goles, marcó el cuarto de cabeza y pidió el cambio por unas molestias en la ingle. Parecía que estaba esperando su golito para irse tranquilo al banco.

Como resultado inmediato del pase, un mes de febrero de órdago: dos clásicos y el Milán, además de Valencia y Sevilla, entre otros, en Liga. Comienza el tramo decisivo del año y lo hace con fuerza. Es verdad que nada se gana en estos meses, pero también lo es que, si no estamos centrados, todo puede empezar a perderse, por lo que resultará vital ir partido a partido. El próximo, ante Osasuna en el Camp Nou.


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