REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

lunes, 17 de diciembre de 2012

De D10S en D10S


Al vertiginoso ritmo de dos en dos (Messi) y sumando de tres en tres (puntos), el F.C. Barcelona de Tito Vilanova abre brecha en la clasificación de la Liga BBVA y logra la estratosférica marca de 46 puntos de 48 posibles. Sólo un empate ha cedido en las dieciséis jornadas disputadas hasta ahora. En ellas, se ha enfrentado prácticamente con casi todos los mejores equipos (de la parte alta, queda el Málaga, si no me equivoco) que, en ocasiones, como anoche, incluso realizaron buenos planteamientos tácticos y se adelantaron en el marcador. Sin embargo, la fe, el hambre, el trabajo bien hecho de esta plantilla provoca no sólo que no se dé nada por perdido, sino que incluso se gane holgadamente.

Ayer el Atlético del Cholo Simeone, que venía haciendo unos números fantásticos, consiguió su objetivo durante media hora. En esos treinta minutos su centro del campo se impuso claramente al local, achicó espacios, juntó líneas y salió peligrosamente a la contra. Falcao, que amenazaba la burbuja de Messi (cinco goles anotó el Tigre ante el Deportivo el domingo pasado), dispuso de las mejores oportunidades, pero el palo y la falta de puntería evitaron que los colchoneros consiguieran una ventaja amplia en esos momentos de dominio visitante. En una contra, aprovechando un error de los pocos que suele tener Leo Messi, el colombiano no desperdició su tercera ocasión y batió con elegancia a Valdés.

El equipo zozobraba y el Atleti se crecía. Había logrado lo más difícil y sólo tenía que defenderlo o tratar de pescar otra contra fulminante. Sin embargo, se produjo una jugada clave: el empate de Adriano. El brasileño, titular en detrimento de Dani Alves, confirmó su excelente momento de forma, acompañado de una inusual capacidad goleadora (lleva a estas alturas los mismos tantos que en su mejor temporada como sevillista, y estamos en diciembre). El trallazo se coló por la escuadra de Courtois, que nada pudo hacer por detenerlo, convirtiéndose en espectador privilegiado de la parábola.

El tanto hizo bajar los brazos a los colchoneros... y al Barça le insufló renovados aires. El 2-1 fue obra de otro protagonista inesperado, Sergio Busquets (inesperado por lo poco que se prodiga en goles el pulpo de Badía, porque en lo que se refiere a su rendimiento, no exagero al afirmar que es tan decisivo en su puesto como Messi lo es en el suyo). En apenas unos minutos se consumaba la remontada.

A partir de ahí se disfrutó de otro partido. El Atlético se tuvo que ir arriba (Simeone sacó a Adrián y renunció a un mediocentro) y el fútbol-control culé, elaborando las jugadas y sin arriesgar en la posesión, obró el resto. Sólo era cuestión de tiempo que alguien que hasta ese momento había pasado desapercibido hiciera su aparición estelar: Leo Messi. El argentino conseguía el 3-1 desde la frontal y veía premiada su presión cerca del minuto noventa robándole la cartera a Godín y haciendo el cuarto, el segundo de su cuenta.

Con los dos de ayer, son noventa. Mal que le pese a aquellos que ponen en duda su récord, sacando nombres de futbolistas que muchos no habíamos oído nombrar en la vida (como Chitalu). Los intentos por desestabilizar a Leo, siempre originados en el mismo sitio, chocan en hueso: una y otra vez el crack argentino calla bocas batiendo todos los registros. No alcanzo a imaginar lo que les debe doler cada hazaña de D10S, hasta el punto de que el entrenador "top" de su equipo, ese que amenaza a periodistas cual Vito Corleone, se "lamentaba" de que Messi estuviera disponible dos días después de la fatídica entrada de Artur. Quizás deberían dejar de mirar aquello que va bien en nuestra casa y calmar los ánimos en la suya, a trece puntazos en diciembre. Porque el Espanyol ayer fue un aliado inesperado. Bendita liga aburrida...


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