REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

viernes, 24 de agosto de 2012

Hegemonía y exquisitez futbolística



Primer Clásico de la temporada y primera victoria del Barça de Tito Vilanova. Con el patrón de la casa, con buen juego y espectáculo, sin renunciar al estilo y a la filosofía implantada desde hace más de dos décadas. Decía Mou en la previa que no ha habido hegemonía culé en estos años porque el F.C. Barcelona no había encadenado dos títulos de UEFA Champions League consecutivos. Un concepto un tanto extraño de hegemonía del técnico portugués. Si un equipo que ha ganado 14/19 títulos en cuatro años no ostenta el dominio del fútbol mundial, no se puede comprender por qué a él, que ha ganado unos cuantos menos, hay que denominarlo "el único".

Como suele suceder en estos casos, la mejor respuesta es la que se da en el campo, en el terreno de juego. Cuando el balón echa a rodar, no hay nada más noble que el pase, el juego de posición, la movilidad, la presión, la entrega, la defensa de aquello en lo que siempre has creído. A base de fútbol, paciencia y buen hacer, los pupilos de Vilanova acorralaron en su campo a su eterno rival, que se las veía y se las deseaba para llegar a las inmediaciones de Valdés. Cuando Ozil o CR cazaban algún balón, tenían que sortear muchos metros de campo y numerosas líneas de presión de los centrocampistas y la defensa culés.
Busquets, siempre bien colocado, sostuvo él solo la medular blaugrana. Xavi dio su enésimo recital como director de orquesta. E Iniesta... destapó el tarro de las esencias con sus regates y su privilegiada visión de juego. Piqué fue el Piqué de siempre, el que nunca debió dejarse ir. El único lunar fue la escasa participación de Leo Messi, al que le costó zafarse de la maraña tejida por Mou a su alrededor: continuas ayudas y anticipaciones y, si ello era insuficiente, faltas. Tampoco Alexis tuvo su día: aislado en la banda, no logró dejar atrás a Coentrao, que vivió tranquilo hasta que Pedro cambió su posición con el chileno en la segunda mitad.

Precisamente el canario conseguiría el empate en una jugada a la espalda de la defensa blanca, aprovechando una genial asistencia de Macherano. Previamente, CR había aprovechado un fallo en la marca de Busquets a la salida de un córner para adelantar a los suyos. Se atrevió a volver a mandar a callar al respetable, pero la respuesta inmediata del Barça le bajó los humos rápidamente. Como también lo hicieron el clamoroso penalty de Ramos sobre Iniesta, que ejecutó Messi para acabar con su sequía ante el eterno rival (se había estancado en trece tantos). Y Xavi, poco después, culminaría una excelente jugada personal de Iniesta para poner tierra de por medio en una noche que se prometía mágica para el barcelonismo.
Sin embargo, en apenas veinte segundos la historia cambió radicalmente: Messi erró una clara ocasión de gol ante Casillas y, acto seguido, se produjo el fallo de Valdés ante Di María. Del 4-1 al 3-2. Es la parte negativa de querer jugar siempre, el peaje que se paga por esa exquisitez futbolística que se exige en La Masía. No es la primera vez y probablemente tampoco será la última. Será señal de que Víctor sigue siendo fiel a sus principios.

Una última cuestión antes de finalizar el análisis: se ha resaltado desde todos los medios que ha sido el Clásico de la concordia. Efectivamente, ha tenido menos tensión que otros. Pero ello no quiere decir que haya sido totalmente limpio. Raúl Albiol tuvo que ser expulsado: se fue de rositas a pesar de repartir de lo lindo. Clos fue demasiado permisivo y, aunque Mou (que no iba a hablar de los árbitros, pero sí de los linieres) resalte el posible fuera de juego de Pedro en el empate (que para mí no es tal), erró en un claro penalty de Arbeloa sobre Alexis Sánchez con 0-0 en el marcador (ver en la imagen). Si el aragonés dejó jugar, no quiero ni pensar lo que será la vuelta con Mateu y, previsiblemente, Pepe en el campo...


El resultado no es un el mejor para encarar la vuelta, pero no hay que olvidar que se llega con ventaja al Bernabéu. Estoy segura de que allí se saldrá a ganar: en el Barça no se especula, no se sabe hacer otra cosa. Hay que tener en cuenta dos claves: que a ellos ya no les vale el empate... y que en su campo probablemente el público no les permita el estilo conservador que han exhibido hasta ahora siempre en el Camp Nou. Si se juega con cabeza, se tendrá mucho ganado.

3-2: Di María (no se encuentra el audio en Tiempo de Juego)

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