REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

jueves, 29 de abril de 2010

Ahora más que nunca: BAAAAAARÇA

Mentiría si dijera que ahora mismo aún no me creo que no voy a ir a Madrid. Mentiría si dijera que no siento cierto desencanto por todo lo sucedido. Mentiría si dijera que no creí en la remontada. Ciegamente. Desde que el árbitro, el eterno amigo Benquerença, pitó el final del encuentro en Milán hace poco más de una semana, no he dejado de pensar que se podía, que se iba a remontar. Mis palabras en este mismo blog no eran de cara a la galería. No buscaban otra cosa que reflejar lo que sentía, porque estaba convencida de ello. Y durante cinco segundos, los que han transcurrido desde que Bojan ha marcado hasta que me he dado cuenta de que lo habían anulado, me he sentido dentro. Me he sentido finalista. Me he visto en el AVE, suplicando una entrada a quien sea. Pero no ha podido ser.

Y no lo ha sido porque fueron mejores que nosotros en la ida. Porque son especialistas en sacar petróleo de todo y porque han contado con ese punto de suerte necesario, el que hace que se decante la balanza entre que te den un gol en fuera de juego en la ida o te lo quiten; o que en la vuelta no se pite esa mano de Touré que no veo por ningún lado.

Nos guste o no, hoy ha ganado el otro fútbol. Ese fútbol que a mí me da vergüenza ajena, pero que también vale y que también probablemente seguirá ganando trofeos. Ese fútbol que pierde tiempo desde el minuto 1 (permitido por el colegiado hasta la media hora, en la que, por fin, se decidió a sacar amarilla a un Julio César que había conseguido que se jugaran dos minutos de los primeros treinta). Ese fútbol en el que los jugadores se tiran para perder tiempo y cortan continuamente el ritmo (de ello sólo tiene la culpa el que se lo ha permitido continuamente: el árbitro). Ese fútbol de un Mourinho que ha tenido a Eto’o, nuestro Samuel Eto’o, un hombre que metía cuarenta goles hasta hace un año, de lateral durante más de un tiempo; que ha terminado sin ningún delantero y con siete defensas detrás de los fotógrafos. Si ese es el entrenador que algunos querían para mi Barça, aunque hoy haya superado la eliminatoria y nos duela, cómo me alegra que nuestro banquillo lo ocupe Pep Guardiola.

Ni un pero para mis jugadores. Es verdad que esperaba mucho más de Messi, que se ha encontrado con un Julio César espléndido tanto en la falta que le saca en la ida como en el tiro que roza con las manos en el primer tiempo. Sensacional Piqué, no sólo en defensa, sino en ataque, marcando el gol de la esperanza, el que casi lo pone todo patas arriba, definiendo mejor que muchos delanteros. Partidazo de Pedro, vaciándose en la presión y siempre intentándolo. Generoso Alves en el esfuerzo, pero escaso de profundidad. Le seguimos debiendo una final al “2″. Providencial Touré Yayá, aunque con el punto de mira algo desviado, pero también lo ha intentado todo.

Cuando se produce la entrega de esta noche, no queda más remedio que aplaudir a todos y cada uno de los nuestros. Que a nadie se le olvide que hemos vuelto a caer como lo hacen los grandes. Dos eliminatorias hemos perdido este año, frente al Sevilla y esta noche, y en las dos nos hemos quedado a sólo un tanto. En las dos se ganó en la vuelta y casi se consigue la machada. Y que todo el mundo tenga claro que para caer en semifinales, entre los cuatro mejores equipos de Europa, hay que llegar a semifinales.

Sin leer nada de lo que diga la prensa todavía (para que no influya en mis reflexiones), me puedo imaginar lo contentos que andarán por la Meseta Central. Es normal: es de lo poco que han podido celebrar en los últimos años. No estarán más alegres que tú o yo, culé, cuando Pjanic dejó mudo al Estadio que acoge la final. Incluso habrá quien se vaya a la Cibeles para celebrarlo. Entiéndelo, culé: ha debido ser duro ver a este equipo ganarlo todo, meterles seis en su campo o ganarles cuatro clásicos seguidos. Adularán a Mourinho, que probablemente se ha ganado esta noche un cheque en blanco para el equipo que viste de ese mismo color. No saben que su mayor castigo será padecer este fútbol que hoy celebran un domingo tras otro.

Seguro que nuestros jugadores estarán destrozados esta noche. Hay que hacerles ver que la mayor alegría que nos pueden dar ahora es levantarse y tratar de ganar los cuatro partidos que faltan para que la Liga llegue al Museu. No hay tiempo para lamentarse: tenemos otra final el sábado. El show debe continuar y los nuestros deben saber que estaremos con ellos hasta el final, pase lo que pase. Ahora más que nunca: ¡Força Barça!.

Piquembauer marcó el gol de la esperanza; aunque fuera insuficiente, nos hizo soñar:

1-0 Piqué: http://www.cadenaser.com/deportes/audios/gol-pique-barcelona-1-inter/csrcsrpor/20100428csrcsrdep_13/Aes/

2 comentarios:

  1. No hubo suerte. Dominamos todo el partido pero "la muralla" que nos preparó Mourinho gano. A veces el fútbol es injusto y esta vez ganó "el anti fútbol". Ahora a levantar el ánimo cuanto antes porque hay que luchar por la liga.

    Hoy más que nunca me siento ORGULLOSA DE SER CULÉ

    Saludos.

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  2. No supimos superar la ansiedad. Confundimos paciencia con lentitud. Eso sí: la entrega fue total y hasta el final les tuvimos rezando. Tenemos que levantarnos y seguir. Aún tenemos las opciones de Liga muy de cara y es lo único que nos queda. Força Barça

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