REPÓKER DE CAMPEÓN

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CAMPEÓN DEL MUNDO (18-12-2011)

martes, 14 de diciembre de 2010

La impunidad de la caverna

Pasado un tercio de la temporada, el Barça continúa en la línea triomfant de los dos años anteriores: los del sextete histórico y los de la Liga de los 99 puntos (que ojalá se vean superados por nuestros jugadores en el presente curso, camino van de ello). Sin embargo, a pesar de lo bien que juega el equipo, de las palizas históricas que se han llevado rivales de la entidad del segundo clasificado en la actualidad o el Sevilla, siempre ocurre algo que permite desviar la atención, que impide valorar la excelencia del conjunto de Pep Guardiola. Me estoy refiriendo a la oscura labor de la caverna mediática.

Joan Laporta acuñó acertadamente este término: ellos están ahí, en sus redacciones, intentando llenar de incertidumbre el futuro culé. No dudan en encomendarse a cualquiera (Osasuna, Real Sociedad) y en ensalzar a jugadores o técnicos por su pasado merengue o espanyolista (Camacho, Tamudo). Cada semana toca uno nuevo, viendo que aquel rival en el que creían no ha sido capaz de realizar con acierto la labor que "ellos" le habían adjudicado.

Se olvidan de que su propio equipo, aquel al que defienden con uñas y dientes, tampoco fue capaz de realizar su "sueño". Salió bastante escaldado del Camp Nou, pero ahí estaban los ordenadores cavernarios (o cavernícolas) para echar humo hablando de la manita de Piqué o del encontronazo entre Pep Guardiola y CR, pasando por alto el desastroso planteamiento del técnico al que idolatran sólo porque fue capaz de evitar, en un día de suerte, que el FC Barcelona levantara la Champions el año pasado.

Es precisamente al de Santpedor al que tienen en el punto de mira. Asombrada asistí el sábado 4 de diciembre a cómo relataban los acontecimientos relativos al partido de Pamplona, cómo calentaban el ambiente (un ambiente que para ellos siempre es hostil en todos los campos, por la prepotencia que destilan tanto sus páginas como sus jugadores y el cuerpo técnico) y, sobre todo, cómo señalaban directamente hacia Pep como el responsable de toda la pantomima que montó la RFEF y que ellos titularon como "regalo a Pep", como si el que decidiera la suspensión cumpliera órdenes del técnico blaugrana.

El medio que se lleva la palma es el de la M roja (muchas cosas empiezan por esta letra, pero sólo se me ocurre una que le venga como anillo al dedo: manipulación). Sus páginas sirven de altavoz a las sandeces de muchos que dicen llamarse periodistas pero que tendrían que ir a muchas clases, no ya de la Facultad de Comunicación sino de educación pura y dura. Mucho odio, mucho rencor deben acumular para publicar un editorial sobre el no-aplazamiento del encuentro como el siguiente: "La firmeza de Osasuna impide que Guardiola se ría del fútbol español".

Su director, Eduardo Inda, fue el mismo que declaró al principio de temporada que a Leo Messi había que pararlo por lo civil o por lo criminal. Varios días después, se sintió señalado cuando Ujfalusi cazó al astro argentino, queriendo eludir responsabilidades y señalando a Guardiola (otra vez el chivo expiatorio) si le pasaba algo a su integridad física. Parece sorprendente que tema tanto por sí mismo alguien que no duda en afirmar que, para que las expulsiones blancas en la Champions no vuelvan a levantar suspicacias y sanciones, la próxima vez los jugadores blancos deben meter un hachazo y partir tibia y peroné de un contrario.

Por su parte, el periódico con nombre de naipe, además de pronunciarse en los mismos términos que su colega cavernario (o cavernícola), sobre el partido de Pamplona, no ha tardado en desempolvar el argumento (aburrido ya) del villarato, al que ahora han unido el de guardiolato, para clamar y re-clamar posibles ayudas arbitrales a favor de un equipo, el Barça, que lleva la friolera de un penalty a favor por varios en contra, y al que le han birlado jugadas tan importantes como el gol que suponía el 2-0 ante el Villarreal (y que a la postre desembocó en el 1-1).

Ellos tienen el poder. Ellos tienen la facultad de decidir de qué se puede hablar y de qué no (y los éxitos del Barça son, por supuesto, temas tabú). Tiran la piedra y esconden la mano. Y lo que es más grave: gozan de una impunidad ilimitada y pueden decir lo que quieran como quieran y cuando quieran sin que se les cuestione. Pero, por mucho que se empeñen, no conseguirán ocultar una realidad que he oído en mi entorno, absolutamente neutral en este tema: los demás pueden ganar títulos, pero el mejor es el Barça.

2 comentarios:

  1. Son patéticos, pero que sigan así, que piquen a los nuestros nos hacen un gran favor. Contra más ataquen al Barça más apoyaremos a nuestro equipo.

    ¡¡¡BARÇA... T'ESTIMO!!!

    Saludos

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  2. Es verdad, son patéticos, Gabriela, pero nosotros somos los que debemos alzar la voz para que dejen de manipular, para que dejen de considerarnos tontos...

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