Hoy se nos va del Barça un grande, una parte del
mejor Barça de la historia. Nos ha dicho "hasta luego" un luchador,
un jabato, un ejemplo para todos, como persona y como deportista. Hoy, 30 de
mayo de 2013, Eric Abidal ha confirmado lo que era un "secreto a
voces": el club decide no renovar su contrato, que expira justo dentro de
un mes. Según él mismo, Abi se sentía con fuerzas para seguir: ha peleado para
volver a disputar minutos y no se piensa retirar ahora. El club, en cambio,
piensa de de otra manera. El francés, caballero, no quiere echar más leña al
fuego: se reconoce desencantado, porque se ha cansado de esperar una propuesta
deportiva y le ha llegado una administrativa. Demasiada limosna para un hombre
de acción como él, acostumbrado a las emociones fuertes.
Evidentemente, la posición del
F.C. Barcelona es, hasta cierto punto, entendible: el jugador tiene 33 años y
todos sabemos por lo que ha pasado. Sin embargo, las formas no han sido las
adecuadas. En primer lugar, por el cambio radical de postura: del "Abidal
renovará cuando juegue un partido, el contrato está redactado"
de Bartomeu en diciembre a la negativa actual, el giro es, cuando menos, de
180º. ¿Por qué? Pues simple y llanamente, me da la impresión de que en el club
nadie pensaba que el bueno de Abi volvería a vestirse de corto: subestimaron la
fortaleza del francés, su empecinamiento en volver a jugar. Y cuando recibió el
alta médica y deportiva, evidentemente, se convirtieron en esclavos de sus
palabras...
En segundo lugar, la segunda
torpeza, falta de tacto o sensibilidad con el jugador se produce cuando éste, que
ha escuchado como todo el mundo aquellas declaraciones de Bartomeu, espera día
tras otro esa llamada para firmar... Y no se produce. Si no vas a contar con
él, díselo a la cara y cuanto antes. Sé honesto con él. Es lo mínimo que se
merece. No esperes hasta diez días antes de que acabe el campeonato. Dice
Zubizarreta que la decisión de no renovarlo es "de las que pesan al ir a
dormir". Evidentemente: más de uno en la directiva debería tener
pesadillas con el papel desempeñado. No puede ser que se tengan 70 millones
para fichar a una joven promesa brasileña y se escatimen unos cuantos para
premiar el sacrificio de un ser humano, símbolo de un club con un presupuesto
de más de 500 millones de euros y que presume del valor de tener valores...
Finalmente, el caso de Eric
Abidal se suma a la no renovación de Pep el año pasado, de Valdés este año, el
caso Puyol (mañana hablará tras un largo silencio, suponemos que sobre lo
sucedido con su operación secreta), el misterioso caso de canteranos con los
que no se cuenta (Muniesa) o que se renuevan para cederlos (Rafinha, Deulofeu).
Mucho está cambiando este Barça. Y, obviamente, no es para bien. Queda poco del
legado de los predecesores, aquellos que con tanto esfuerzo construyeron el
mejor Barça de la historia, el de UNICEF y el Més que un club. Hoy por hoy, un
club más...